domingo, 24 de marzo de 2013

Cuestión de credos

No creo en Cúpido, ni en los que se escudan en la crisis y no lo intentan. No creo en los políticos ni en los tertulianos de medio pelo de televisión. No creo en los aniversarios, ni en las etiquetas. No creo en las fórmulas matemáticas, tampoco creo del todo en el destino. Los horóscopos los carga el diablo y tampoco creo en el Diablo. No creo en las mujeres fatales, ni en la fatalidad de los hombres. No creo en la gente que prefiere leer en un ordenador en vez de en libro de papel. No creo en la gente que habla a gritos, ni a los que te escupen los buenos días. No creo en el ketchup, ni en los que dicen la última y me voy a casa y lo cumplen. No creo en las personas que no devuelven las sonrisas. No creo en la gente que no cree en nada.

Creo en el amor a primera vista, en el café recién molido y en las buenas conversaciones. Creo en el Principito y en las estrellas y creo en los niños que hacen muchas preguntas. Creo en el mar, en las cometas y en el viento. Creo en las buenas cenas y los buenos desayunos. Creo en la amistad eterna, creo en los susurros que erizan la piel y en las competiciones sin prestigio. Creo en un mundo sin reloj y un reloj que mire desafiante al mundo. Creo en las horas muertas, y que a veces una hora de menos puede ser una hora de más. Creo en la música como religión y el fútbol como demostración de fe. Creo en el color amarillo conjuntado con cualquier otro. Creo en la poesía y en la literatura sudamerica. Creo que las chicas son guerreras. Creo en las minifaldas y los tacones; y los pijamas anchos con bolsillos y las camisas blancas recién planchadas, si son de hombre mejor. Creo en el tango y en Morfeo, y de la mitología el mito de Ariadna y Teseo siempre fue mi preferido. Creo en las nanas y en las casualidades, en las letras que riman y en los besos. Creo en los abrazos entre "acurrucos", en los besos tiernos y en los pasionales, creo en la risa como opción de vida. Creo que no se puede disimular cuando se está borracho y cuando se está enamorado. Creo en el poker jugado por camaleones y creo que no siempre la pareja de ases es la mejor mano. Creo en las creencias y la gente que las respeta. Creo en el minuto 116 y también en un golazo de un grancanario en Anoeta.  Creo que el vino y la cerveza saben mejor en compañía. Creo en el mar y en el sol como cura para el alma, creo que siempre es mejor una huída hacía delante y creo y no dejaré de creer nunca en las historias de amor.



1 comentario:

  1. Me encanta lo que crees!!! Disfruta cada día con esa intensidad. Un fuerte abrazo.

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