sábado, 2 de junio de 2012

Endulzando Junio

El café vuelve a estar caliente. Se aceleran los instantes y el pasado se vuelve turbio, como una taza de café que se bebió pero algo amarga. Las luces chiporrotean por la calle, es Junio... le encanta Junio.

Los cafés se hacen eternos, los 25 acechan tras las esquinas, la sonrisa parece haberse instalado en su cara.  El mar vuelve a estar cerca, el viento enreda su pelo y la absenta le enternece el corazón. Los tacones y el rímel se instalan en su vida y el vino deja de ser tercera persona del pretérito perfecto simple del verbo venir para convertirse en licor meloso. Los amigos le sonríen y la luz roja parpadea a veces. Los días pasan despacio y otros muy rápidos.

El café viene cargado de canela y la guayabera vuelve a tener guayabos. El sol calienta y la llama se prende. Es Junio y el café lo vuelve a tomar con dos de azúcar.