martes, 31 de mayo de 2011

30 de Mayo, día de Canarias.

Lo sé, hoy es 31 y no día 30, pero ayer no me apetecía escribir sobre Canarias porque es cuando todo el mundo lo hace. No me interpreten mal, me gusta que haya un día que marcar en el calendario como "Día de Canarias", un día para resaltar nuestro canarianismo (si hace palabra existe), para recordarnos nuestra identidad y nuestro orgullo por ser de donde somos y ser como somos.
Pero, sinceramente, creo que a todos los canarios que vivimos fuera de las islas no nos hace tanta falta ese día para recordarnos lo que somos. Los que vivimos fuera, día tras días lo recordamos pues echamos de menos los alisios, el mar, las casas de colores, los buenos días mi niña, las sonrisas adoquinadas, las campanadas a cada hora, el olor a tranquilidad, el salitre que se incrusta en la mirada, los cafés con dos de azúcar con gente que se lo toma amargo, nuestro vocabulario, el olor a tierra mojada, los sabores, los olores, el vaivén de las olas, la sombra de los pinares, el sol que se refleja en el mar...

Sí, pregunta a cualquier canario de cualquier isla que viva fuera, hallarás la misma respuesta. Todos nos damos la vuelta cuando oímos nuestro acento tan particular, todos sonreímos cuando oímos hablar sobre Canarias, todos decimos "me voy a mi isla" en vacaciones; todos nos sentimos tremendamente orgullosos y dichosos de pertenecer al paraíso cada instante de cada día. Somos los mejores embajadores de nuestro archipiélago, porque lo sentimos como tal, porque sabemos a conciencia que tenemos mucha suerte de formar parte de las Islas Afortunadas y queremos que todo el mundo lo sepa.  Porque cuando estamos fuera, las disputas tontas se dejan de lado, caminamos de la mano, seamos de la isla que seamos, porque todos tenemos el mismo sentimiento, queremos volver a casa.

Yo me siento como en casa cuando voy en el avión, cuando veo la isla de Gran Canaria desde el aire y sé que dentro de pocos minutos aterrizaré. Oleré la humedad, el pelo se me enredará con el viento de Gando y sonreiré, siempre lo hago, siempre lo hago al llegar a casa.

Y es que cada canario que vive fuera se emociona con algo, yo lo hago con la canción de Benito Cabrera "Nube de hielo" porque con esta canción cierro los ojos y veo Gran Canaria, veo a Canarias, atenta y sumida en su cordial calma, esperando, esperanzada, a acogernos a todos los que contentos volvemos a casa.

Hoy 31 de Mayo, como cualquier día del calendario, me siento orgullosa y dichosa de ser canaria.

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