miércoles, 12 de diciembre de 2012

¿Nos tomamos un café?

Llega la risa, llegan los récords, las historias, los momentos volátiles, la música, las sábanas, el calor, el sueño, la arena y de nuevo las historias... Llegó diciembre y vino cargado de palabras, de lluvia y de sol. Por eso hoy tengo valor y te digo lo que llevo callando tanto tiempo, estoy enamorado de ti.  

Eso se repetía cada mañana, eso tenía que escribirle, eso tenía que decirle. Pero las caricias para ella no eran más que arrumacos, las llamadas no significaban lo mismo y los echo de menos para ella no significaban sólo quiero estar contigo.

Ella era su amiga, también la mujer de su vida. Sufría en silencio, soñaba con sus besos y con tocar su piel aterciopelada pero no tenía el valor de decirle que la amaba. Por eso, se repetía una y otra vez, cada mañana, lo que quería decirle, lo que quería escribirle, lo que quería que supiera; quería bailar el resto de su vida con ella, reír el resto de la vida con ella y despertarse mirándola cada mañana.


No era capaz, era demasiado cobarde para poder perderla, para poder vivir sin ella. Así que cogió el teléfono. Se escucharon dos tonos y él le hizo una pregunta, tan banal como importante

- "¿Nos tomamos un café?"

Encendió la máquina, cogió la vajilla de las visitas y recortó dos corazones. No podía mentirle a su mejor amiga, a ella no. Tenía que decirle que estaba enamorado.





3 comentarios:

  1. parece que habla de alguien a quién conozco, parece que la historia se repite, parece que la vida está llena de cobardes, pero la valentía aparecerá en el momento oportuno
    un empujón al vacío con los ojos cerrados bastará!

    "es difícil volar cuándo esperas la caída..." /M.N.

    mua pitufa!

    ResponderEliminar