Habían pasado tres años y se encontraba justo enfrente de un almendro en flor. Nunca había estado en ese lugar pero éste le resultaba tremendamente familiar.
-No puede ser- pensó.
Había muchos almendros, muchos lugares del mundo y demasiadas personas; y sin querer había llegado a ese lugar en concreto, donde una vez la llevaron en sueños a dibujar un corazón.
- Cómo había llegado hasta ahí si no recordaba el sueño, quizás fue realidad- pensó.
Allí estaba ella, anclada delante del único almendro que tenía tatuado un corazón. Pensó en la bruja, miró su mano, todo seguía igual.
-Sólo ha sido suerte.- murmuró bajito.
Se escuchó un ruido de hojas, alguien caminaba entre los árboles. Era aquel que muchos años antes le había llevado en sueños hasta allí para dibujar un corazón en el tronco del almendro. Ese chico al que hacía años que no veía pero con el que soñaba cada noche.
- Sabía que vendrías cuando los almendros florecieran.
- No conozco este lugar, cómo, por qué... cómo sabrías que vendría, qué haces aquí.
- Me lo has dicho en sueños una noche tras otra, una y otra vez, sólo he venido al escuchar que me necesitabas.
Autora de las fotos: Mi madre.
Almendro en flor en Gran Canaria |
Almendro en flor en Gran Canaria |
Ya lo decía Paulo Coelho: "Nunca desistas de un sueño, sólo trata de ver las señales que te llevan a él".
me siento identificada... tú sabes por qué!
ResponderEliminarprecioso pitufa.
maravilloso
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