martes, 25 de octubre de 2011

Sueños...

- Buenas noches mi cielo, mañana la vida será más bella.
- ¿Cómo mamá?- Dijo dándole un beso y apartando a la mimosa gatita que ya se había acurrucado a su lado.
- Con tus sueños cariño, con tus sueños. 
- Nunca me acuerdo de ellos por la mañana.
- Eso es lo de menos porque los sueños más bonitos son los que se tienen cuando uno está despierto. 

Esta era una conversación normal entre ella y su madre. Noches y noches hablaban de lo mismo de los sueños y de soñar. 

La niña fue creciendo y cada noche sonreía al recordar que los sueños más bonitos los tendría despierta. Cuánto más crecía más se cercioraba de la fuerza de las palabras de su madre "soñar despierta" y poco a poco se fue dando cuenta de que le gustaba ver llover en la ventana, que le gustaba imaginarse como las gotas hacían competiciones para ver quién llegaba antes a la meta o imaginarse que eran los árboles los que cuando hacía viento, le susurraban a las nubes que le dieran agua para ponerse verdes y fuertes. Todo tenía un porqué, el que la pequeña quería darle en sus sueños.

La niña pequeña fue montando un mundo fantasioso y fantástico a su alrededor, siempre mirando por la ventana, siempre con su gatita mimosa al lado, siempre imaginándose cuentos y viendo la realidad con el prisma y la suerte del que tiene una caja de lápices de colores para colorear lo gris del mundo. 

Siempre soñando, siempre curiosa y siempre sonriendo con su gatita entre los pies. 

Hoy es ella la que acurruca a su pequeño.

- No te vayas mami me da miedo la oscuridad.
- Pero por qué, si tienes todos los colores para pintarla del color que mas te guste. ¿Cuál es tu preferido?
- El amarillo. - Dijo el niño mientras la niña grande sonreía- ¿Te quedas a dormir conmigo mami?
- No cariño, tienes que quedarte solo para que puedas soñar con todas las cosas bonitas del mundo.
- ... Pero si luego no me acuerdo cuando me despierto. 
- Eso es lo mejor- Le dio un beso en la frente, le arropó, acarició al pequeño gatito que ya dormía plácidamente entre las mantas de la cama y apagó la luz.

Recuerda que tienes un pincel con todos los colores del mundo, utilízalo y pinta la oscuridad a tu antojo, como más te guste y acuérdate de lo que siempre dice la abuela  "Los sueños más bonitos son los que se tienen cuando uno está despierto".

Entornó la puerta de la habitación y, la niña que se hizo mayor, fue al salón de puntillas para no enturbiar la calma de la noche; allí sentada en una butaca rosa estaba su madre.
- ¿Ya se durmió?
- Está pintando la noche de amarillo -Dijo con una sonrisa mientras se dirigía a la ventana con su gata entre los brazos-
- ¿Todavía no te vas a dormir?
- No mamá, tengo que soñar primero. 




3 comentarios:

  1. "los sueños más bonitos son los que se tienen cuando uno está despierto" ... a veces...no siempre...
    gracias una vez más!
    Sara.

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  2. Sigue soñando y narrandonos tus sueños en forma de cuentos, para así continuar .... con la espera del siguiente.
    ¡¡Animo y gracias por alegrarnos con tus "dos de azúcar" siempre servida en pequeños sobres (dicese cuentos)... como el buen perfume siempre en pequeñas cantidades.
    gracias por alegrarnos con las fotos que siempre pones.
    Besos y continua.
    yo.

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  3. ¡Tania! Me gusta mucho tu blog y la verdad escribes de maravilla, sigue escribiendo, además de que me parece muy original el título de tu blog "Con dos de azúcar". Sigue escribiendo.
    Un gran beso, una fiel admiradora.

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