sábado, 17 de diciembre de 2011

La perfecta imperfecta

Ya han pasado las doce y las princesas vuelven tarde a casa. Son unas princesas diferentes, ellas usan vaqueros, van a lomos de tacones y en su bolso llevan pintura de labios roja.

Son dos princesas que han crecido juntas, muy diferentes, muy parecidas ...

Hablemos de la pequeña, la de los ojos verdes, la princesa científica, la que de todo sabe y a la vez, le encanta darse cuenta de que no sabe de nada. Vive atada a una realidad paralela, siente como el frío le agota pero le hace lúcida, no escatima en abrazos ni en besos, es siempre fiel así misma y a los que le rodean. Es la que más llora cuando está sola, la que más grita cuando la soledad le ahoga, la que recorre kilómetros si siente que alguien no está bien. No sabe querer a medias, no sabe no querer del todo.

Es mi amiga, mi confidente, mi guardiana de secretos, mi guardiana de tesoros, mi otra yo, mi perfecta imperfecta y, de nuevo mi amiga, por y para siempre, MI AMIGA.

Porque suceden cosas, porque las coincidencias existen, porque fraguar una amistad es mirarse a los ojos y sonreír, porque ser amiga no significa dar consejos sino saber recibirlos, porque escuchar y abrazar siempre van unidos y porque los días más felices de mi vida siempre terminan en la barra de cualquier bar, hablando de banalidades y curiosidades con mi mejor amiga.

Ella se llama Nabila y siempre será mi princesa.


2 comentarios:

  1. Precioso... Suerte tiene nabila de poder disfrutar de ti cada dia...y de tener al lado a alguien tan especial, sincera, risueña, dulce, sensible, cariñosa, preciosa por dento y por fuera... Como TU! Te quiero. Sara.

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  2. Muchísima suerte Sara!!!

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