Septiembre es un nuevo comienzo, es la segunda oportunidad del año. Es renovar metas, entrenar duro para cumplirlas, proponerse de nuevo lo que nos propusimos en Enero y se nos fue olvidando.
Septiembre me cae bien, siempre me ha gustado. Se para el viento, vuelven los abrazos y todo vuelve a empezar. Los decálogos de Septiembre siempre tienen banda sonora, buenos propósitos y laca de uñas roja en los pies. Todavía huele a verano, las puntas están ensalitradas y las mejillas sonrosadas. En Septiembre comienza todo, otra vez.
Mi decálogo es:
1. No despertar un solo día, mejor amanecer a diario.
2. Sentir cerca del mar y gozar de cada café con dos de azúcar.
3. Apuntarme en una academia de inglés y cantar muy alto cuando conduzco mi coche.
4. Que no se me quede ningún TeQuiero en el tintero.
5. Sonreír más, escribir más y que alguien me regale una libreta bonita.
6. Comprarme un vestido amarillo.
7. Decidir en cada momento lo que me haga feliz.
8. Seguir desayunando y cenando con él.
9. Beber cerveza en compañía de los míos y brindar con vino blanco cuando hayan buenas noticias, cuando se apague el sol, cuando las risas sean contagiosas y cuando un buen trago parezca necesario.
10. Abrazar. Abrazar a mi familia, abrazar a mis amigos en cada ocasión y seguir recibiendo achuchones del chico que da los abrazos perfectos. Abrazarme a mí misma, mimarme, quererme y ser consciente de que ha vuelto Septiembre y yo sigo viendo como atardece en el oeste.
... Abrazos para todos.